Abro los ojos, no estás.
Otro día más, te busco en la cama,
te busco y no estás.
Espero una señal, qué triste que esté tan
enganchada al móvil, al ordenador,
a las putas tecnologías que me hacen buscarte,
y me hacen saber de ti, y me hacen esperar la señal,
la señal que no llega.
Qué triste que esté tan adicta a esperar,
qué triste que esté tan adicta a ti.
Así, sin más.
Otro día más.
Intento encontrar un motivo, que los hay,
mil y uno, mi manera de pensar,
pero sigo pensando que lo mejor en la vida es hablar.
No te supe valorar, no supe aceptar mis sentimientos,
puse barreras en el mar, negué la evidencia,
que estaba enamorada, sin más.
Ahora ya está, lo aprendí tarde,
una niñata indecisa, con sus dudas y miedos
por el qué dirán... ¿Y qué más da, si eras mi mitad?
Qué más da. Ahora ya está.
...
Hoy el Sol brilla diferente,
intento no culparme ni castigarme,
intento mirar hacia adelante.
Hoy, intento pensar en mí, sin ti,
aprendiendo a caminar de nuevo, de cero.
Hoy, empiezo mi vida, cambio el paso,
poco a poco abandono el camino que teníamos,
dejo de seguirte para irme, poco a poco
empiezo mi camino sin desafiar al destino.
Poco a poco.
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