“El silencio es un estado libre de intención, porque siempre tenemos sonidos; y en consecuencia no
disponemos de ningún silencio en el mundo. Estamos en un mundo de sonidos. Le llamamos silencio cuando no encontramos una conexión directa con las intenciones que producen los sonidos. Decimos que es un mundo silencioso y quieto cuando en virtud de nuestra ausencia de intención, no nos parece que haya muchos sonidos. Cuando nos parece que hay muchos, decimos que hay ruido. Pero entre un silencio silencioso y un silencio lleno de ruidos, no hay una diferencia realmente esencial. Esto que va del silencio al ruido, es el estado de no-intención, y es este estado el que me interesa" (John Cage)
disponemos de ningún silencio en el mundo. Estamos en un mundo de sonidos. Le llamamos silencio cuando no encontramos una conexión directa con las intenciones que producen los sonidos. Decimos que es un mundo silencioso y quieto cuando en virtud de nuestra ausencia de intención, no nos parece que haya muchos sonidos. Cuando nos parece que hay muchos, decimos que hay ruido. Pero entre un silencio silencioso y un silencio lleno de ruidos, no hay una diferencia realmente esencial. Esto que va del silencio al ruido, es el estado de no-intención, y es este estado el que me interesa" (John Cage)
1360 gramos son suficientes para estar y no estar, 1360 gramos para escuchar y pensar. 1360 gramos pesa nuestro cerebro. Y es que, ¿a quién no se le ha ido el pensamiento a otras cosas cuando alguien le está hablando?
El proyecto “1360 gramos”, pasa a ser testigo de esa ausencia de concentración. Un instante en el que la persona se adentra en su burbuja, en su mundo , y no se da cuenta de todo aquello que está pasando al exterior, donde el tiempo avanza y no es consciente. Esa sensación de quedarse suspenso en el tiempo y el espacio, desconectando la atención de todo lo que está a nuestro lado y de todas las cosas que nos estamos perdiendo. Por eso es, como bien defendió John Cage, que nunca estamos en silencio, el silencio no existe, simplemente nuestra atención deja de intercambiar estímulos con el exterior y nos parece no escuchar nada. Así pues, se intenta mostrar al espectador escenas cotidianas dentro de una rutina distorsionada, difuminada en un instante efímero.
Las escenas hacen referencia a ese silencio y esa calma interior, donde todos y cada uno de nosotros en algún momento de nuestro día a día miramos sin ver, oímos sin escuchar, al fin y al cabo, estamos sin estar.
El proyecto suma importancia al funcionamiento del cerebro, como solamente 1360 gramos hacen que nosotros podamos ser quien somos. 1360 gramos para dedicar atención a aquello o no, 1360 gramos para mirar o ver, oír o escuchar, sumar experiencias o restar. 1360 gramos para ser o no ser.
(Cámara estenopeica)
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